Transferencia

Transferencia
*Auspiciada por la Universidad Nacional de Santiago del Estero, por Resolución Nº 728 CUDAP:EXPE-MGE:0004039/2011. A partir del 6 de Septiembre del 2011.

*Declarada de Interés Académico por el Honorable Consejo Directivo de la Facultad de Humanidades, Ciencias Sociales y de la Salud de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, por contribuir al desarrollo de la producción cultural de la provincia. (Resolución CD FHCSyS Nº 143/2011), a partir del 23 de Agosto del 2011.

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Declarada
de Interés Educativo por el Instituto de Acción Cooperativa (Art. 1º; Resolución 406/2008 - Santiago del Estero, 18 de Julio de 2008), teniendo en cuenta la importancia que representa para el acervo cultural la difusión de conceptos y pensamientos del Psicoanálisis en la Cultura.

"Zama, de Antonio Di Benedetto: la escritura de una imposibilidad" (por Graciela Córdoba)

Antonio Di Benedetto publicará por primera vez este texto, Zama, en 1956 el cual, como muchos de aquellos textos fundantes en la literatura argentina, permanecerá casi sin lectores quizás hasta su regreso al país después de la dictadura. Según Juan José Saer, (1)…”la deuda inmensa de la cultura argentina con Antonio Di Benedetto aún no ha sido saldada.”
La novela narra la historia de Diego de Zama, funcionario de la corona en América, quien entre 1790 y 1799 espera ser enviado a una sede de mayor prestigio en la colonia: Buenos Aires, Lima, Santiago de Chile. Por el contexto de publicación y habilitados quizás por una intertextualidad más bien evocada, aludida, algunos críticos hablaron de su relación con el existencialismo, con Albert Camus, Samuel Beckett.
Pero es en la letra, donde esas relaciones se diluyen hacia un lugar Otro. Quiero centrarme aquí en la palabra de la espera, que por su reiteración en el texto, va construyendo posiciones subjetivas de la misma, enredándose hasta conformar una metáfora o síntoma, en el sentido elaborado por Jacques Lacan.
El armado textual inicia con la Dedicatoria A las víctimas de la espera ( Di Benedetto y Antonio, Zama, Alianza Editorial, Argentina, 1984) y en cada apartado de la misma, Año 1790, Año 1794 y Año 1799, ha de irse conformando el nudo de víctima y victimario al mismo tiempo.

1 La espera y la imposibilidad de decir
El primero de los apartados inicia el anudamiento cuando desde el sujeto de la enunciación se describe la visión del mono en el agua:
El agua, ante el bosque, fue siempre una invitación al viaje que él no hizo hasta no ser mono, sino cadáver de mono…y ahí estaba él, por irse y no, y ahí estábamos. (pág. 11 del texto citado).( El subrayado es mío).
Es evidente el deslizamiento del mono al sujeto y al mismo tiempo la aclaración de que la espera debía ser llevada en soliloquio, sin comunicarlo. La ausencia de comunicación es referida desde el sujeto con el modo del monólogo interior directo; la construcción recorre, bordea sus pensamientos, un constante pensar y decir para él mismo, adjudicando significados atemorizantes a las acciones, escasas, cuando las hay:

…y yo no verlas debía, para no soñar con ellas…Huí (pag. 14)
Ninguno para don Diego de Zama…mis manos estaban destinadas a permanecer vacías (pág.19).(subrayado mío)
El recorrido acentúa la imposibilidad en la interrogación por sí mismo, en que se acentúa la ambivalencia, la vacilación acentuada por la tercera persona. El sololiquio lo muestra escindido entre el corregidor, el asesor letrado, el doctor Don Diego de Zama, Zama. En este modo otros de nombrarse, no se encuentra en el tiempo presente.
Se ve a sí mismo en el pasado y el futuro, en el presente hay sólo preguntas.
Ante la mujer, elige/es elegido las de la impotencia, con una ilusión generada por atisbos de acercamiento; la primera es la esposa de un oficial de quien depende su supuesto irse. Una mirada de ella basta para que en el imaginario de su soliloquio construya la escena de un Otro, Su Majestad, quien le ofrece un cargo, el mejor rentado en Buenos-Ayres a lo que responderá: Todavía no. (pág.29 de la edic.cit.).(subrayado ídem)
Luciana regresa con su marido a España, el acercamiento a Rita es también imposible, ella está enamorada de otro y Diego de Zama vuelve su pensamiento hacia Marta. Ella, la esposa que vive en España y no construida textualmente como personaje es una ausencia, su referencia es la distancia.

2. La espera y la demanda al Otro.
Acuciado por el hambre, su pensamiento se remonta hacia un dios creador de la vida que fracasa porque podía ver al hombre, pero el hombre no podía verlo a él ( pág. 124, op.cit.).
Querrá covertirse en padre y para ellos convence a una española viuda y pobre, con quien se relaciona a través del dinero. El niño nació enteco…(pág.125). Ahora que don Diego de Zama tiene un hijo creerá haber agregado un argumento a su pedido; según el Gobernador, no es posible porque el niño es bastardo. Al mismo tiempo, su economía está tan empobrecida que debe desalojar la posada, no puede pagar sus comidas, lo que lo llevará a pedir-sin pedirlo, alojamiento en casa de Emilia, madre de su hijo.
Mi Hijo. En cuatro patas, sucio hasta confundirse…poseía esa defensa, característica de las bestias. (pág. 136).
El hambre por la falta de pagos se acentúa , de la casa del gallego pasa a la taberna, de ella a un cuarto en las afueras atendido por mulatas, hasta llegar al punto en que Fernández, su secretario le invita una comida.
En este punto toman intensidad intensidad las escenas fantasmáticas, en las que Diego cree ver la silueta, el cruce de mujeres. Algunas son explicadas desde el imaginario cultural del fantasma, en tanto ya casi como alucinación se muestran : Este era el horror de la fascinación. Una consagración plena a su imagen, … (179)
Era de una sensualidad dominadora…capaz de cavar y dejarme vacío…parecía llevarme allá, adónde no sé, ni nada hay, nada es. (Pág.189).

3. La imposibilidad entre-dos muertes.
Con la promesa y la esperanza de atrapar a un bandido, Vicuña Porto, Diego emprende la demostración de su última imposibilidad. Para ello debe cruzar el límite de civilización junto a una tropa de soldados e ir hacia el lugar donde ya no hay civilización.
Amenazado por el bandido, éste se refugia desde su huída en la misma tropa que lo busca. Amenazados todos por los indios, Zama decae cada vez más:
…pensando que él se hallaba entre nosotros y nosotros padecíamos necesidades, fatigas, tropiezos y muertes por encontrarlo, se me ocurrió que era como buscar la libertad, que no está allá, sino en cada cual. (pág.219, los subrayados reemplazan a las cursivas textuales).
Delata a Vicuña Porto ante el jefe de la partida, Parrilla lo que causa el asesinato de este último propiciado por el mismo Porto:
Lo arrojaron al río. Pensé, que si podía nadar bajo la superficie podría salvarse…recordé que no le habían quitado las cuerdas. (pág. 234).
Ya Diego de Zama nada puede esperar: La muerte, entonces. Mi muerte elegida por mí…no puede gozarse de la muerte aunque sí de ir a la muerte, como un acto querido, un acto de la voluntad, de mi voluntad. (pág. 236).
Condenado a la pena capital por la partida de soldados encabezada por Vicuña, el sujeto de la enunciación toma la palabra de quien lo condena: Dijo que la delación tiene pena capital y la traición merece igual castigo, más nadie puede ser ajusticiado dos veces. Dijo entonces que se muere antes de morir, padeciendo una muerte doble, por la mutilación anuladora. (pág. 239).
Podía, pues, no morir aún
. (pág. 240).
Si el significado nada tiene que ver con los oídos, sino con la lectura como efecto de significante, como causa del goce, he tratado de realizar un recorrido de los significantes del deseo. Los objetos causa del deseo van textualizando la imposibilidad para este sujeto: imposibilidad de comunicación pero no lalengua, elección de la mujer desde un lugar desde el sabemos, no podrá. Su intento de acercamiento al Otro ante quien todo pedido es imposible pues toda relación posible con él demandará más aún del Goza¡.
La lectura, desde el entramado textual, marca la insistencia en el sufrimiento del sujeto, quien sosteníamos, parece víctima de la espera más allá de sí mismo, como en un deseo de repetición de la pérdida.
Pareciera ponerse en escena la cuestión de la textura del goce como lenguaje, para el que no hay garantías, de que el goce humano está unido sin mediaciones a la falta. Pero insistimos, aún desde la falla se escribe y es posible acceder a una lectura.

* Graciela Córdoba
Prof. de Letras, Fac. de Filosofía y Letras, UNT
Prof. de Literatura Argentina en la UNSE
Miembro de Grupo de Expresion Corporal Frias
Trabaja en Educación Popular en la Universidad Trashumante

Bibliografía:

Saer, Juan José, El narrador silenciado, prólogo a El silenciero, Adriana Hidalgo Editora, Rosario,1999.
Lacan J., Aun, Paidós, Bs.As., 1982.
Lacan J., Los Cuatro Conceptos Fundamentales del Psicoanálisis, Paidós, Bs.As., 1986.
Garrofe

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